La sensibilidad de una PAS generalmente hace que está se pregunte porqué le afectan tanto las situaciones que para el resto de la gente pasan desapercibidas, porqué aunque intentan no prestar atención a algo, esto les afecta sin remedio.
Podemos llegar a pensar que tenemos una emocionalidad descontrolada y que somos demasiado sensibles; creyendo que no es una cualidad deseable y que nos hace débiles o inferiores (cosa que ocurre en mayor grado en la sociedad occidental); sintiéndonos mal por ello.
En concreto más en el caso de los hombres PAS, ya que de ellos socialmente se esperan cosas diferentes que de las mujeres. Por norma general en nuestra sociedad “Los hombres de verdad no lloran” y deben esconder todo rasgo emocional.
A causa de esto muchos hombres, y también mujeres creamos un conflicto interior por intentar sentir como creemos que sienten los demás. Este debate que mantenemos con nosotros mismos durante años, nos hace sentir diferentes, porque empezamos a disociar lo que emocionalmente sentimos con lo que exteriormente mostramos.
Intentamos mantener el control y ser responsables de las emociones que proyectamos, y no nos permitimos ser casi nunca espontáneos con nuestros sentimientos.
Esto supone que, por miedo a tener una emocionalidad diferente, lleguemos a construir una barrera entre nosotros y las personas que nos rodean; que a causa de esto, creamos que nadie nos conoce realmente como somos y llegar a sentir un profundo sentimiento de soledad.
La forma de reconducir esta sensación para una persona altamente sensible, es darse cuenta de que, aunque socialmente la sensibilidad puede ser todavía tildada como negativa, no lo es. Que la emocionalidad jamás es algo superfluo ya que las emociones son la principal fuente de información que poseemos para la valoración de nuestro entorno. Y que si escondemos o reprimimos esta gran parte de lo que somos, difícilmente podremos llegar a sentirnos comprendidos o establecer relaciones reales de confianza.
Para las personas PAS no existen emociones pequeñas. Entender que esto no es algo negativo, no esconderlo, aceptarlo y aprender a manejarlo es el camino para sentirse completamente realizado y equilibrado.
Jordi Casas G.
Jordi Casas G.
Excelente texto.
ResponderEliminarSólo me siento libre de expresar mis emiciones con los niños y las niñas. Creo que conecto muy bien con esos/as pequeñajos/as. Me resulta muy fácil relacionarme con ellos/as, no tanto con las personas adultas.
Hola AF, muchas gracias por tu comentario. Quizá es por la sensación de que ellos tienen otra forma más sana de juzgar y de expresarse. Cuando he trabajado con niños también he tenido una impresión parecida. :) Saludos!
EliminarNo me siento libre para expresar mis sentimientos ante casi nadie. Han utilizado mi sensibilidad para atacarme y menospreciarme. Me da miedo mostrarme tal y como soy por ser, nuevamente, herida.
ResponderEliminarUn sabio dijo: no le des perlas a los cerdos.
ResponderEliminarNo todo el mundo se merece que le abras tu corazón y mucho menos que se lo entregues.
Respeta el nivel de cada uno y sobre todo, respetate y valorate tu misma.
Lo malo es que, aparte de la tristeza (yo lloro mucho), hay otras emociones que me desbordan a veces y que están peor vistas ( como la rabia, los celos...). Ésas son las que yo necesito aprender a gestionar para no sentirme mal conmigo misma ni dañar a los demás.
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