Como personas PAS conscientes de nuestro rasgo, no solo debemos saber encontrar mecanismos para tranquilizarnos o zonas de confort, sino también saber salir de ellas, y no caer en el peligro que supone preferir siempre la sensación de protección y seguridad, a enfrentar nuevos retos y conocer experiencias nuevas.
Es fácil caer en la dinámica de ir poco a poco aparatándose de las situaciones que crean estrés, esto produce cada vez más intolerancia a todo lo que supone una novedad o reto, hasta alejarnos totalmente de lo que se supone que es vivir una vida normal.
Esta situación llevada a extremos puede ocasionar que una persona acabe aislándose socialmente, experimente miedo a exponerse a situaciones nuevas, como pueden ser acciones cotidianas para el resto de la gente, y que termine siendo incapaz de aceptar objetivos y metas, viéndose afectada su autoestima.
Todo esto puede terminar materializándose en trastornos mentales o físicos.
Por lo tanto, también es importante saber mantenernos fuera de nuestras zonas de confort, no abusar de ellas y no enclaustrarnos siempre en una monotonía que no nos presente retos.
“Busca un oasis para descansar, pero recuerda que la vida está fuera del desierto.”
Gracias por tus aportaciones
ResponderEliminar